Hablar de lo que sientes, crees o piensas a veces puede causar miedo, miedo a ser rechazado o juzgado. Pensar que hablar de tus emociones podría ser malinterpretado porque los demás no comparten la misma sensación que tú, nos puede llevar a no expresar lo que llevamos dentro y a guardar todo en una caja dentro de lo más profundo de nuestro ser. 

Pasaron un par de años para que ella se diera cuenta de que tenía miedo de expresar lo que sentía. Sí, miedo a que expresarse pudiera causar daño a su pareja, pero ¿y lo que ella sentía? ¿Por qué nos inculcan guardar nuestras emociones solo por el hecho de creer que al decir las cosas podemos dañar a otros? 

Otro momento será para contar el porqué llegó a ese punto de sentirse invisible. Sin embargo, ese día llegó, la caja que guardaba en su pecho bajo llave se abrió. 

Un mar inundó sus ojos, las lágrimas brotaban por cada poro de su piel, y de aquella caja salieron todas esas emociones que por mucho tiempo guardó; las palabras salieron de su boca volando como mariposas en libertad. 

Mariposas en libertad

El huracán que la habitaba le quitaba el aliento, parecía que el llanto no le permitía entender las palabras, sin embargo, después de un rato de expresar todo lo que llevaba dentro, y de escuchar el silencio que la tormenta había ocasionado, el caos tuvo sentido.

Algunas mariposas dolían, pero no por el hecho de ser pronunciadas o por haberse expuesto a lo que sentía, sino porque se guardaron tanto tiempo que ya era demasiado tarde para poder reparar aquel abismo que se había generado.

 Si tan solo se hubieran dicho en aquel momento, pensó… 

Y es que hablar de lo que sentimos no es el problema; el detalle está en la manera en que se dicen las cosas, las creencias, la educación, las circunstancias que cada uno carga y que nos moldean en la forma en que recibimos esas emociones traducidas en palabras. 

Cada individuo es un mundo, cada persona es una historia, cada uno carga heridas que se exponen ante aquellas mariposas en libertad que se posan sobre nosotros. 

habla de tus emociones

¿Miedo a tus emociones?

Nilda Chiaraviglio, psicoterapeuta especialista en relaciones de pareja, sexología y diversidad sexual, explica que las emociones nacen en el cerebro humano y que este trabaja igual tanto para hombres como para mujeres, pero son las vivencias de cada uno lo que nos lleva a procesarlas de manera distinta, pues estas se asocian con experiencias ya vividas.

Esto me lleva a creer que expresar aquello que sentimos no es más que el temor a ser juzgados por lo que un hombre o mujer debería «ser», porque así se nos ha enseñado. Pero, ¿quién dijo que tiene que ser así?

Recuerda, ¡shit happens! Eso es inevitable, pero uno vive de acuerdo a cómo percibimos la realidad y guardar nuestras emociones no solo generará un caos interno, sino también un abismo con aquellos que más amamos. 

Así que no temas expresar lo que sientes y piensas; cada palabra e idea compartida será un paso más hacia la conexión genuina contigo mismo y a la liberación de aquello que pueda limitarte, llevándote por un camino en el que realmente puedas ser tú.